La voz del Aficionado - Remitida por Guillermo Roth

La situación de agitación actual del fútbol nos ha hecho recapacitar y analizar a conciencia qué es lo que está sucediendo realmente. Si bien parece claro que hay una serie de equipos que protestan contra dos mastodontes mediáticos y su monopolio social y futbolístico, no queda tan claro porque todos ellos no hacen un frente común contra Real Madrid y Barcelona con el objeto de conseguir un mejor reparto de los derechos de televisión. Sin ir más lejos, a la reunión del 8 de septiembre han faltado algunos equipos y no todos han manifestado su acuerdo con lo propuesto por el presidente del Sevilla. ¿Cuál es entonces la discordia? ¿Dónde queda el desacuerdo?

Primero, cabe aclarar cuáles son realmente los bandos en liza y cuáles son sus pretensiones.

En primer lugar, se encuentran el Real Madrid y el Barcelona, los cuales se encuentran en una clara ventaja económica por los repartos de los derechos de televisión sumados a su superioridad de repercusión social y mediática. Estos dos equipos, obviamente, observan expectantes el desarrollo de los acontecimientos, ya que no les interesa en absoluto un cambio, pues perderían competitividad en Europa y dejarían de arrasar en la liga española, con el aumento de dificultad que ello conlleva.

En segundo lugar hallamos el grupo de los "perseguidores": Sevilla, Atlético de Madrid, Valencia y Villarreal. Estos equipos son punteros en la liga española, pero son incapaces de mantener el ritmo de los dos grandes. Es su intención la de acercar sus ingresos económicos a los que obtienen Real Madrid y Barcelona con el objeto de hacer frente a éstos; o lo que es lo mismo, hacer la liga más competitiva. No sólo pretenden mejorar sus capacidades para competir en territorio nacional, sino también para aumentar su nivel para hacerlo en Europa.

El tercer grupo es el de mayor tamaño y, paradójicamente, el de menor repercusión. Incluye a todos los equipos de la segunda división y los de tercera línea de la liga BBVA (Levante, Racing, Mallorca,...). Su objetivo, a diferencia del segundo grupo, no es hacer la liga más competitiva, puesto que "su liga" ya es suficientemente competitiva. Su objetivo a corto plazo es, ni más ni menos, el de no arruinarse o no entrar en problemas económicos (¡¡o poder salir de ellos!!). Estos equipos hacen auténticas virguerías para sobrevivir en el económicamente difícil mundo del fútbol, usando trucos legales (ley concursal) para continuar a toda costa en la primera división y recibir la superior suma económica que les permita continuar compitiendo, fichando a coste cero, vendiendo sus mejores jugadores,... El descenso puede convertirse en un auténtico drama no sólo deportivo, sino económico. La diferencia de ingresos puede arruinar completamente a un equipo que ha firmado una serie de contratos que no puede cumplir en la segunda división, pero sin los cuales podría no tener absolutamente ninguna opción de competir. A estos equipos no les importa la competitividad de la liga, les interesa su supervivencia a corto y medio plazo para mejorar a largo plazo.

En los últimos años, el tercer grupo se ha posicionado junto a los dos grandes, ya que el reparto que proponían les beneficiaba con respecto al propuesto por el segundo grupo en los casos de descenso y de ingresos en segunda división. Los pequeños nunca pueden perder de vista el posible descenso a segunda división (Betis y Deportivo son los ejemplos más claro de que a cualquiera puede tocarle). Aceptar un aumento de los ingresos en primera división reduciendo los de segunda división podría ser pan para hoy y hambre para mañana. Ahora que ha pasado el tiempo, la crisis económica arrecia y los equipos de la segunda línea que son incapaces de competir contra los grandes buscan asociarse con los pequeños para hacer frente común, puesto que en solitario no pueden presionar lo suficiente. Pero no pueden esperar el apoyo incondicional del tercer grupo, ya que éstos no pueden renunciar a los beneficios que el reparto actual les aporta en cuanto a parachute-payments por descenso (pagos para compensar un descenso) o ingresos por estar en segunda división. Es importante que los equipos pequeños no cedan ante las pretensiones del grupo perseguidor con facilidad para que la liga no se convierta en una espiral de equipos descensores y arruinados y que se aumenten las diferencias con el riesgo de que la liga quede dividida en tres grupos insolubles (grandes, perseguidores, pequeños). El reparto de derechos de televisión debe ser escalonado, justo, eficiente y suficiente para TODOS los clubes de la LFP (incluyendo la segunda división).

Y la única forma de lograrlo, desde nuestro punto de vista, es reduciendo el nivel de ingresos de Real Madrid y Barcelona y repartiéndolo entro los otros 38 equipos de manera justa (que no tiene por qué ser equitativa).

Para que lo que el señor del Nido ha denominado revolución triunfe, es necesario que los revolucionarios no sean "el segundo" y "el tercer" grupo, sino que formen un solo grupo: EL GRUPO. Aprovechen estas reuniones extraoficiales para fijar una postura común que beneficie a todos, que mejore tanto la competitividad de la liga española como la seguridad económica de los clubes de tercera línea y segunda división. Por una liga JUSTA, juntos lo conseguiremos.

Artículo enviado por Guillermo Roth